sábado, 19 de diciembre de 2009

Cambiar el mundo, no el clima

El pasado 11 de diciembre desde Izquierda Anticapitalista de Málaga organizamos una charla sobre el cambio climático. Ahora mismo en Copenhague se están jugando el futuro del planeta, con las cartas marcadas de antemano, cosa que nos negamos a aceptar. La charla se desarrolló en el local de la CGT en Málaga. Como ponentes participaron Salvador Arijo, coordinador de Ecologistas en Acción Málaga, Manolo Garí director de la Cátedra de Trabajo Medio Ambiente y Salud de la Universidad Politécnica de Madrid y Juan Caliente, Secretario de Formación de la CGT. Fue un debate distendido donde se habló de las consecuencias del cambio climático y de la necesidad de levantar una alternativa anticapitalista. Decrecimiento, denuncia del consumismo, modo de vida alternativo, todas estas ideas surgieron durante el debate, ideas que se encuentran ya entre los distintos sectores de activistas. Es necesario seguir profundizando en el debate e incluir a más sectores. Está claro que el capitalismo es el problema. El proceso de acumulación capitalista ha sido cristalizado sobre una plataforma energética de combustibles fósiles. Desde los albores de la revolución industrial la base material del capitalismo, a escala global, depende de una manera u otra de la extracción y utilización de combustibles fósiles. Este perfil energético terminó por alterar la composición química de la atmósfera en estos dos últimos siglos. Hoy sabemos con certeza que esto constituye la peor amenaza para la especie humana. La única manera de enfrentar estos cambios en la atmósfera implica transformaciones profundas en la estructura material que sostiene la acumulación capitalista. El capitalismo resistirá esos cambios, porque los costos asociados se presentan como insoportables a los funcionarios del capital. La conferencia de Copenhague sobre cambio climático es la prueba.

No hay que olvidar que las soluciones que plantea Copenhague, son las que plantean los centros de poder capitalistas y que descansan en dos vertientes que son funcionales a la acumulación capitalista. La primera es el mercado del carbono. En este esquema, miles de empresas recibirán gratuitamente cuotas permitidas de emisiones de gases invernadero. Podrán vender el excedente no utilizado en un mercado especial, supuestamente creando los incentivos para la gran transformación de la base energética. Es un premio para los contaminadores históricos, no un instrumento eficaz para reducir y estabilizar las emisiones de gases invernadero. La segunda vertiente es el esquema de financiamiento para que los países pobres puedan reducir sus emisiones y adaptarse a los efectos del cambio climático, ofreciendo los incentivos de siempre: apertura, desregularización, privatización. Esta claro que el capital y sus centros de poder prefieren llevar a la ruina al mundo entero, antes que sacrificar sus fuentes de privilegios.

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